lunes, 6 de junio de 2011

Si al respirar exhalo mi vida , o lo que queda de ella . . .

Junto a la soledad , rozo el gélido hielo que emana mi esencia, esencia que aún no comprendo.
¿Existo para vivir o vivo para poder existir?
Siento , que mi persona provoca indiferencia, que mi presencia se degrada y reduce a materia . . . Estoy muerto desde el día en que emprendí este duro camino , camino que , a mi parecer ,se vuelve infinito.
El rocío de la lluvia hoy se encarnará en lagrimas, al igual que el sol, brillante lucero que mis días ilumina , se volverá fénix que mis sueños ensalza.
Vivir para morir , morir para vivir, ese es el gran enigma que, a día de hoy, culpa a mi suerte de su mala gracia.

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